Pero no hubo tiempo para más, tras mi segundo día en mi nueva residencia, llamada Olowek, hicimos las maletas y nos fuimos de viaje con destinos varios. Alquilamos un Jeep Comander negro de 7 plazas y me largué con los canarios dirección Budapest. Esta vez por autopista, nada de caminos de cabras para evitar peajes.
Ventisca de nieve |
Yo me sentaba atrás del todo. En el asiento llamado La Batcueva. Era un pequeño espacio libre en el maletero, con forma de cubo y habilitado con una silla. Fue meterme en la Batcueva, junto a las seis maletas, rodearme de abrigos para conseguir un asiento acolchado, cantar dos canciones y ale, a dormir. Todo genial a excepción que a los canarios les gusta despertarme para comprobar si estoy dormido. Aquí las canciones que escuchamos,sin lugar a duda, son de reggaetón. No hay nada mas canario que ese salseo que se traen y el cual encaja a la perfección con el reggaetón.
Budapest es una pasada, me encantó. El primer días estábamos tan cansados del viaje que hicimos el clásico free tour en plan relajado. Esta vez el tiro nos salió por la culata, el guía era pésimo y el tour se nos hizo un poco pesado. Pero por supuesto por la noche salimos de fiesta. La fiesta Top por excelencia y en mi ranking, de mis número 1, es Budapest Bath Parties. Una fiesta de 10 a 3 de la mañana en una termas. Increíble.Pasamos dos noches en Budapest, aunque la segunda dormimos en el coche. Es regla de oro casi, te ahorras dinero y total, para lo que vas a dormir. Los check out tan tempranos y la marcha del día anterior nos están destrozando la vida.
Tras intentar dormir en el coche pues esta vez me quitaron la Batcueva, nos dirigimos a Zagreb, capital de Croacia. Este viaje no duró 12 horas pero llegamos hambrientos al casco histórico de una ciudad completamente desértica.
Zagreb se visita en un día porque no entramos en los museos. Hicimos el tour para los guiris marcado en el típico mapita de la ciudad y visitamos los puntos mas característicos, a parte de la parada obligatoria en el Mc Donalds. Aquel día era festivo, pero festivo de verdad, no estaban abiertas ni las tiendas de souvenirs. Esta vez me faltó ver vidilla en la ciudad, estaba todo vacío y cerrado. No me pareció una ciudad alegre, eso si, muchas zonas verdes y almendros en flor.
Comentar que durante el viaje teníamos varias canciones aprendidas. Canciones que de repente cantábamos sin venir a cuento allí donde estuviéramos, en el coche, la gasolinera, el baño o en la cama.
Al día siguiente, visto lo aburrido que era Zagreb, cogimos el coche y nos fuimos a Liubliana, capital de Eslovenia.
Croacia |
Comentar que durante el viaje teníamos varias canciones aprendidas. Canciones que de repente cantábamos sin venir a cuento allí donde estuviéramos, en el coche, la gasolinera, el baño o en la cama.
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