Ayer desayunamos en Zagreb (Croacia), comimos en Liubliana (Eslovenia) y cenamos en Triestre (Italia). Hoy hemos vuelto a Croacia para conocer los Lagos de Plitvice. Y aunque los Lagos aparentaban por las fotos tener un clima tropical de locos, cuando hemos llegado estaba todo completamente nevado.
La realidad al llegar |
En nuestra cabeza |
La verdad que explicar cómo son los Lagos es algo complicado. Se puede resumir en que son una serie de lagos a distinto nivel conectados todos ellos por cascadas. Y alrededor de todo este revoltijo de lagos hay unas pasarelas de madera que los atraviesan y bordean las partes mas bonitas.
Los Lagos estos de "las narices" son considerados Patrimonio de la Unesco. Y digo de "las narices" porque estaba nevando muchísimo y hacía pelete (frío en canario). Lo gracioso de todo esto es que el ex-peninsular del grupo era el único que estaba preparado para condiciones extremas de pelete jajajaja.
Los Lagos estos de "las narices" son considerados Patrimonio de la Unesco. Y digo de "las narices" porque estaba nevando muchísimo y hacía pelete (frío en canario). Lo gracioso de todo esto es que el ex-peninsular del grupo era el único que estaba preparado para condiciones extremas de pelete jajajaja.
El paseo de los Lagos se podía alargar bastante pero caminar toda la mañana fue más que suficiente para nosotros. La entrada costó unos 12 euros y el parking, que era obligatorio, 4 euros. Considero esta visita como obligatoria si pasas por Croacia, a pesar el frío y la nieve que no nos esperabamos ha sido uno de los muchos mejores planes que hemos hecho hasta la fecha. Se merece ser Patrimonio y muchas más.
Tras la visita a los increíbles Lagos de Croatia nos dirigimos a nuestra última parada, Zadar. Sin lugar a duda Zadar es lo más bonito de este viaje de Semana Santa. El casco histórico de Zadar está en una isla desde la que se ve uno de los más increíbles atardeceres. Tienen para ello una placa en el suelo llamada "Greetings to the sun" que enfatiza el efecto colorido que genera el atardecer.
Muy cerca, junto a la costa, está el órgano marino. Es una formación arquitectónica formada por escalones y agujeritos que, al pasar el viento a través de ellos y por medio del empuje de las olas, produce melodías musicales. A pesar de llamarse órgano que sepáis que tenía forma de piano.
Otro detalle increíble de esta ciudad es el suelo. Está formado por piedras pulidas de color crema y tonos marrones claros que reflejan la luz y le dan un toque apasionante con la luz roja del atardecer. Impresionante. Fíjate que lineas más arriba he dicho que los Lagos de Plitvice son lo mejor del mundo, pues era mentira, lo mejor y mas bonito hasta la fecha es Zadar
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Tras 7 días de viaje sin apenas descanso, finalizamos nuestra aventura cantando la canción típica canaria llamada "Amo la vida" en el momento último del atardecer, en mitad de la puesta de sol y soplando un viento gélido. Probablemente estemos en youtube, pues fuimos el centro de atención de muchos turistas chinos y japoneses que intentaban fotografiar la puesta de sol en ese preciso instante y nosotros evidentemente nos les dejamos.
Muy cerca, junto a la costa, está el órgano marino. Es una formación arquitectónica formada por escalones y agujeritos que, al pasar el viento a través de ellos y por medio del empuje de las olas, produce melodías musicales. A pesar de llamarse órgano que sepáis que tenía forma de piano.
Otro detalle increíble de esta ciudad es el suelo. Está formado por piedras pulidas de color crema y tonos marrones claros que reflejan la luz y le dan un toque apasionante con la luz roja del atardecer. Impresionante. Fíjate que lineas más arriba he dicho que los Lagos de Plitvice son lo mejor del mundo, pues era mentira, lo mejor y mas bonito hasta la fecha es Zadar
Greetings to the sun |
Tras 7 días de viaje sin apenas descanso, finalizamos nuestra aventura cantando la canción típica canaria llamada "Amo la vida" en el momento último del atardecer, en mitad de la puesta de sol y soplando un viento gélido. Probablemente estemos en youtube, pues fuimos el centro de atención de muchos turistas chinos y japoneses que intentaban fotografiar la puesta de sol en ese preciso instante y nosotros evidentemente nos les dejamos.
Ese momento mágico marcó el final de nuestro apasionante viaje.
Para volver a casa nos esperaban, nada más y nada menos, que 14 horas de viaje nocturno, y como no, yo de vuelta en mi querida batcueva. El viaje de vuelta fue bastante largo ya que paramos a echar gasolina en mil gasolineras distintas porque no nos gustaba el precio. Lo más importante es que llegamos, que no es poco.
Se nos ha pegado la musiquilla de "I love the life". Qué buena!!
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