¿Y el mar Báltico?

Gdansk
Gdansk, que contar de Gdansk... Esta vez, en el viaje solo éramos 3, por su puesto los 3 canarios. Yo ya estoy dentro del pack, como se puede comprobar. Debido a mi carencia de clases en la universidad, que por cierto sigo yendo a clase todos los lunes, tengo además clases de canario entre diario. Son de duración breve y siempre tomando cerveza. Tengo asignaturas como Léxico Canarión, Música Canaria o Localizaciones y Gastronomía, una de mis favoritas.

Por ejemplo, si quieres ir a una buena playa y comer bien en un sitio cerca, yo te recomendaría ir a Las Canteras. Cerca de allí en Ca Ñoño puedes tomarte un bocadillo de calamares con ali oli.

Volviendo al viaje a Gdansk, el viaje de ida fue en BlaBlaCar. El conductor era una especie de hippie con una furgoneta estupenda cuyos asientos se podían girar mirando hacia detrás, por lo que el viaje de ida fue una maravilla. El viaje duró alrededor de 5 horas. Allí estuvimos solo 2 noches.. y qué dos noches.

Gdansk está formada por 3 ciudades, Gdansk, Sopot y Gdynia. La parte mas turística es el casco histórico de Gdansk pero la fiesta está en Sopot. ¿Qué hicimos nada mas llegar? Ducharnos e ir a Sopot. Para vuestra sorpresa, no paramos en el McDonalds, una pena.

Allí conocimos a bastantes Erasmus, todos españoles. Ese fin de de semana no hablé inglés, pero sí canario. Eran un poco Spanish Mafia, pero muy majos todos. Hicimos una House Party en el piso de unos cordobeses y después fuimos a un bar a seguir la party. Tras los excesos de más de uno, nos fuimos a una discoteca que había en una casa de fachada ondulada. Alli la discoteca no nos gustó, por lo que fuimos a otro local que había un pelín más lejos, bajando la calle.

La casa ondulada
Caminamos alrededor de 200 metros y en ese trayecto cuatro polacos intentaron pelearse con nosotros. Aquí la gente está muy loca. Estos polacos se vuelven agresivos por la noche y para colmo no saben controlarse cuando beben. Tras esquivar cuatro posibles trifulcas y una botella voladora llegamos a una discoteca vacía y decidimos volver a la primera, que por cierto era un antro.

Al día siguiente hicimos turismo por el casco histórico de Gdansk. La ciudad es bonita, sin más, y evidentemente no es muy grande. Creíamos que tenía playa, bueno, y tiene pero está a dos horas caminando. Yo, evidentemente, había metido el bañador en la mochila muy motivado. Comimos por el centro y cansados de pasar por las mismas calles, decidimos organizar algo que no fuese fiesta. Evidentemente no surgió nada, por lo que vimos el fútbol en el piso de unos canarios.

Después House Party de nuevo. Esta vez se nos fue de la manos. Todo acabó en una batalla de lanzarse cosas. Volaron copas, lonchas de pavo, palomitas y casi un micro-ondas. El día siguiente fue tranquilito, día de asadero como dicen en Canarias. Lo que viene siendo barbacoa, como dicen en la península... jajajaja.

Gdanks es una de las ciudades que hay que visitar de Polonia. No es la más bonita pero me gustó. Me supo a poco, pero claro, vista mi agenda viajera, ya pocas cosas me sorprenden como antes. Aunque el turismo de fiesta también es algo muy importante y hay que valorarlo.
Playita de Gdansk

Tras el alocado fin de semana en una ciudad que no voy a olvidar, cogimos un polsie de 9 horas para volver. Llegamos a Wroclaw a las 5.45 am, me duché y cogí la guagua de las 6.45 am dirección la Universidad de Nysa. Una vez más, me fui del tirón a clase.

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